Aumente su magnetismo personal Por Clara González Pino, S.R.C.

      Para usted, ¿la vida es una sucesión de eventos tristes? ¿Ve su cuerpo como una mera colección de órganos y miembros, sin otro propósito que el de trasladarlo de un lugar aotro? ¿Ha desarrollado algunos hábitos indeseables, tales como el exceso en comer, o dejar que la televisión le hipnotice por
horas? ¿Trabaja, se recrea y descansa en un ciclo ininterrumpido, debido a un hábito ya establecido? ¡Despierte y viva, ya es hora de cambiar su vida!

Su ser es una unidad extremadamente compleja, cargada totalmente de energía, cuya potencia deriva de una fuente e intento infinitos. La Mente que desarrolló su forma física y que coordina sus acciones, naturalmente armoniosas, es la misma que se encuentra en su interior. Sus movimientos corporales no ocurren sin un propósito definido. El trazo que estos movimientos describen, la estructura de sus huesos y el diseño de sus músculos, además de ser precisos y prácticos, fueron creados a propósito para un uso magnificente.

La clave para descubrir cómo hacer su vida más vibrante, se encuentra dentro de su propio ser. Reflexione sobre los múltiples usos que se le pueden dar al cuerpo, el cual es uno con la mente. Observe cómo la gente que admira se utiliza ella misma.

Los atletas, los animadores y otras celebridades, fascinan a sus audiencias y mantienen la atención, debido al magnetismo personal que irradian. La salud brilla en sus caras, la belleza radia de sus sonrisas, y parece que la alegría está unida a su naturaleza. Puede que usted envidie a esas personas tan magnéticamente atractivas, sin comprender que también tiene la capacidad para ser vibrante y atractivo. Esta no es una condición accidental; por el contrario, se desarrolla mediante un simple proceso de introspección.

Estudie los objetivos de su vida diaria. La persona promedio, que trabaja, se levanta temprano en la mañana, y como el Sol naciente, gana intensidad y energía a medida que el día avanza, disminuyéndose después su poder, así como decrece la intensidad del Sol en el ocaso. Claramente, existe un ciclo positivo y negativo en nuestra vida diaria. Pero, ¿está éste predeterminado?O, por el contrario, ¿puede uno sobreponerse a él y ajustar este modelo a sus propias necesidades?

Trate de estar consciente del amplio campo energético dentro y fuera de usted. Esta energía dinámica puede manifestarse pasivamente, la brisa fresca entre los árboles, el calmante sonido de las olas que acarician la playa, el relajamiento que viene después de un arduo trabajo, puede manifestarse
también en reacciones activas del rugir del trueno, de las maquinarias y el propio palpitar del corazón.

Las energías duales en lo profundo de su ser, se encuentran en actividad constantemente. Si incrementa su vitalidad, también incrementará su magnetismo personal y la cantidad de energía vital que, como individuo,maneja. Entre más energía vital y física utilice, más de esta energía le será reemplazada. Por lo tanto, necesita aumentar la cantidad de energía que consume, aumentando en esta forma la cantidad que le será reemplazada.Trabaje entonces en el equilibrio de su mente, cuerpo y alma.

La condición física

Si seguimos la tendencia, tan generalizada actualmente, de mantener una buena condición física, desarrollaremos una mayor consciencia de la actualidad del ser. Para comenzar, trate de ejercitarse fuertemente, esfuércese con moderación, teniendo en cuenta sus limitaciones. Sienta su corazón latir
fuertemente en su pecho, la sangre circulando rápidamente hasta las mismas puntas de los dedos. Permítase el lujo del esfuerzo, y disfrute de los beneficios de una mejor salud y prestancia.

Correr es un ejercicio muy popular, ciertamente, pero existen innumerables formas de entrenamiento. Busque una actividad de su preferencia que estimule tanto al ser interno como al externo. Las artes marciales, la danza, la natación, la equitación o el alpinismo serían buenas elecciones.

Si busca mayor energía y magnetismo, no descuide ese maravilloso y multifacético instrumento (su mente) que es infinito en sus aplicaciones; la mente es un instrumento que nunca se gasta. Estimúlelo por todos, o casi todos los medios. No permita que la televisión y sus espléndidos colores lo seduzcan cual canto de Sirenas. ¡Hay maravillas mucho más grandes dentro de usted mismo! ¡Meditar, reflexionar, leer, analizar!

Estas actividades despertarán grupos de células cerebrales por largo tiempo dormidas. Se dará cuenta cada vez más, que dispone de habilidades hasta ahora ocultas, que lo capacitarán para trabajar mejor en el logro de sus fines.¿Por qué entonces ir a la lucha diaria como un autómata? Trate de observar sus acciones, trate de descubrir el modelo que debe seguir en el arte de vivir.

A medida que toma más consciencia de su energía interna, podrá apreciar una condición activa similar alrededor suyo. Observe a los gatos, los perros, los niños. ¡Cómo juegan en deleitoso abandono! Sienta cómo la hierba y los árboles crecen y se agitan. Trate de imaginar las múltiples actividades que se realizan en una ciudad grande. Extienda su visión al mundo y, finalmente, al flujo perpetuo de energía en el universo. Sí, la sangre que corre por su cuerpo, la energía que fluye en su vida en todos aspectos, es la misma energía de la fuente de poder universal que está en todas las cosas. Cada una de sus respiraciones le inspira un poder sin par, positivo y resplandeciente.

Este poder está a sus órdenes para que lo use, si la bondad anima sus intenciones. ¿Por qué entonces, vivir negativamente, rechazando las cosas más bellas de la vida? ¿Por qué no avivar la chispa interna, hasta convertirla en una flameante llama plateada?

Las artes marciales

Debemos reconocer la importancia de la buena condición física, como parte de las disciplinas místicas. Las artes marciales en particular, son disciplinas que armonizan los aspectos físicos y psíquicos, convirtiéndolos en un poderoso método regenerador, cuyos resultados pueden canalizarse en el logro místico. En febrero pasado fundamos en nuestra Logia Panamá, un club para la práctica del milenario arte del Boxeo Chino (Kung Fu) el cual ha tenido gran acogida entre los miembros de todas las edades.

Practicamos en el Auditorio de nuestra Logia, tres horas, los viernes en la noche, bajo la dirección de un adepto en el arte. Sin duda, estas artes marciales constituyen un método, refinado y perfeccionado a través de los siglos, para desarrollar múltiples facetas del ser humano en su aspecto integral, mediante el empleo cuidadoso y detallado de la mente y del cuerpo. Al respecto, ya se escuchan comentarios favorables entre los fratres y sórores practicantes de la Logia.

Esta técnica, como otros sistemas de defensa personal, se aprendió como resultado de la meditación e inspiración creadora de los monjes en su retiro monástico, en el templo del Chaolín. Su manifestación objetiva se derivó de la previa introspección y análisis profundos de las posibilidades del ser humano para utilizarse a sí mismo como arma: usando las diversas partes del cuerpo como palanca, resorte, martillo, etc., mediante series de complejos movimientos corporales simultáneos, combinados con la respiración, dirigidos todos a producir un efecto determinado.

El entrenamiento marcial pone a prueba la agilidad y la fortaleza física, así como la concentración, memoria y coordinación, por lo que quizás sería apropiado calificarlo como un “Masaje Psíquico Dinámico". El esfuerzo por la superación física y mental a que nos somete, nos capacita, a través del
potencial de la consciencia en la actualidad del ser, para un mayor esfuerzo y un mayor logro en nuestra carrera mística.

Ahora, el fin principal de nuestro club, no es producir expertos en la defensa personal, que participen lúcidamente en las competencias ínter escolares. No,nuestro fin es mucho más modesto y, al mismo tiempo, mucho más sublime.Se trata, sencillamente, de ayudar a desarrollar los poderes latentes en el
Rosacruz, sea cual fuere el estado del elemento físico con que se cuente para iniciar las prácticas. Por lo tanto, no hay ninguna restricción para ingresar en las mismas (excepto médica), siendo más meritorio el trecho que se ha avanzado en el logro de una determinada meta, que la meta en sí misma.