Un Renovador del Rosacrucismo

1. El despertar místico
Su padre, Aaron Rittenhouse Lewis, excelente calígrafo, se asoció con Daniel T. Ames, un químico especializado en el análisis de la tinta y del papel. Juntos, abrieron un gabinete de peritaje de documentos y escrituras en Nueva York. El joven Lewis heredará el talento para los dibujos de su padre.
El entorno familiar de H. Spencer Lewis contribuye mucho al desarrollo de su sensibilidad mística. En el hogar de los Lewis, no se contentaban con ir cada domingo al templo metodista, también leían y comentaban la Biblia. Hasta los dieciséis años, el muchacho participa con entusiasmo en las actividades del templo metropolitano de Nueva York. Le gusta cantar en el coro y escuchar las conferencias del Pastor, el Dr. S. Parkes. aprovecha los momentos de libertad para ir a meditar a este templo. Allí conoce sus primeras experiencias místicas, experiencias del alma que le conducirán a preguntarse sobre la naturaleza profunda del hombre, sobre la posibilidad de un diálogo entre el alma y los mundos superiores. En 1900, termina su período escolar y encuentra un empleo en la editorial Baker y Taylors. Este trabajo le permite tener a su disposición la cantidad de libros necesaria para alimentar su insaciable curiosidad. Desde la introducción del mesmerismo en los Estados-Unidos por Charles Poyen, un discípulo de Puységur, en 1836, América y más especialmente la ciudad de Nueva York, se apasionan por lo sobrenatural, el magnetismo y el espiritismo. De este entusiasmo nacieron por una parte el New Thought (Nuevo Pensamiento) y por otra el Instituto de Investigaciones Psíquicas, dos corrientes de ideas que marcarán los años de juventud de Harvey Spencer Lewis.
2. Las investigaciones psíquicas

En marzo de 1903, se casa con Mollie Goldsmith, que al año siguiente le da un hijo, Ralph Maxwell Lewis. H. Spencer Lewis entonces se encarga de la redacción artística del Evening Herald de Nueva York y preside el Comité de Inspección de los médiums creado por este Diario. Con la ayuda de este periódico crea el Instituto de Nueva York para la Investigación Psíquica. Este grupo está formado por científicos y médicos.
Bajo la dirección de Harvey Spencer Lewis, el Instituto de Nueva York para la Investigación Psíquica realiza investigaciones destinadas a controlar las verdaderas capacidades de los médiums, lo que le conduce a desenmascarar a más de cincuenta impostores. Durante este período, H. Spencer Lewis publica varios artículos relativos a estas investigaciones en distintos periódicos, como el New York Herald y el New York World.
Estas investigaciones no satisfacen a H. Spencer Lewis, ya que contrariamente a lo que se admitía entonces, él casi no cree que los fenómenos producidos por los médiums procedan de la manifestación de espíritus. Está convencido de que se originan en facultades mentales, aún desconocidas. Para perfeccionar sus conocimientos, estudia los textos de Thomson Jay Hudson (1834-1903). Este autor, doctor en filosofía, goza de renombre internacional desde la publicación en 1893 de su primer libro,Law of Psychic Phenomena, a Working Hypothesis for the Systematic Study of Hypnotism, Spiritism, Mental Therapeutics… (La Ley de los fenómenos psíquicos…). H. Spencer Lewis lee también las obras de Sir Oliver Lodge, como la Supervivencia humana, que estudia facultades aún no reconocidas, y más allá de la filosofía y los libros, obras más orientadas hacia la psicología.
3. El encuentro con May Banks-Stacey

Durante los años 1906-1907, H. Spencer Lewis abandona las investigaciones psíquicas, que juzga estériles. Este tiempo es para él un período de reflexión. Entregándose diariamente a la meditación, observa que a través de esta práctica encuentra respuestas a las cuestiones relativas a los misterios del Ser. Intrigado, se confía a una persona que conoció en el Instituto de Nueva York para la Investigación Psíquica, May Banks-Stacey (1846-1919). Esta mujer asombrosa, viuda del coronel Stacey May Humphreys (1837-1886), era miembro de la Sociedad Teosófica y del Theosophist Inner Circle, el círculo interior y esotérico de esta sociedad. Apasionada por Oriente, había estudiado las enseñanzas de Swami Vivekananda (1862-1902).
May Banks-Stacey está muy versada en esoterismo, especialmente en astrología y en quiromancia. H. Spencer Lewis relata que durante uno de sus viajes a Oriente, ella habría encontrado a los Rosacruces. Es por boca de esta mujer que oye hablar de ellos por primera vez. Vivamente interesado, comienza entonces a realizar investigaciones sobre esta misteriosa fraternidad.
4. La iniciación

Su padre, Aaron Lewis, experto en documentos y también genealogista muy conocido, necesita un ayudante para llevar a cabo en Francia investigaciones por cuenta de la familia Rockefeller. El 24 de julio de 1909, los dos hombres embarcan a bordo del Amerika, de la Hamburg Amerika Line, en dirección a Europa. Llegado a París, H. Spencer Lewis visita al profesor de lenguas y al librero con el que había entrado en contacto. Finalmente, será en el Sur de Francia, en Toulouse, donde va a proseguir su búsqueda. Se acordará de que la Rosa-Cruz renovada por Joséphin Péladan y Stanislas de Guaïta, creada en 1887, es decir, la Orden Kabbalistica de la Rosa-Cruz, tenía igualmente su origen en un misterioso círculo rosacruz de Toulouse cuya historia apenas ha retenido los nombres del vizconde Lapasse y de Firmin Boissin.
El 12 de agosto de 1909, es conducido a una pequeña aldea situada en los alrededores de Toulouse, donde encuentra a Raynaud E. de Bellcastle-Ligne. Este último, un hombre de setenta y ocho años, le hace visitar la logia rosacruz de la cual es el guardián, ya que este templo está en estado durmiente desde los años 1850. Después de haberle preguntado detenidamente sobre sus investigaciones y sus motivaciones, lo inicia en la Orden de la Rosa-Cruz. Después de esta iniciación, su iniciador le comunica que puede ahora establecer la Orden en los Estados Unidos.
5. La renovación del Rosacrucismo

H. Spencer Lewis tardará varios años en preparar el resurgimiento americano de la Orden Rosacruz. En mayo de 1913, sufre la tragedia de perder a su esposa, muerta a consecuencia de un ataque de apendicitis mal curado. Estuvo profundamente afectado por esta desaparición que rompía su vida familiar.

En enero de 1916, H. Spencer Lewis lanza The American Rosae Crucis, una revista mensual destinada a los Rosacruces, dedicada a la ciencia, la filosofía y la religión. Hasta su muerte, en 1939, escribirá regularmente artículos sobre filosofía y el misticismo rosacruz para esta publicación, que en el transcurso del tiempo, cambiará varias veces de nombre para pasar a ser en 1929 The Rosicrucian Digest.
6. H. Spencer Lewis, franc-masón

7. Las relaciones internacionales
En esta época, Europa está en plena Guerra Mundial, y H. Spencer Lewis sabe que las actividades rosacruces se habían reducido a cero en el Viejo Continente. Una vez restablecida la paz, intenta en sucesivas ocasiones reconstruir la unidad mundial de la Rosa-Cruz buscando a los Rosacruces europeos que habían sobrevivido al conflicto. En junio de 1921, entra en contacto con Theodor Reuss, que entonces vivía en Munich. Este último, sucesor de John Yarker por el rito de Memphis-Misraïm y de la Ordo Templi Orientis (OTO), persigue el mismo proyecto.

Las relaciones entre el dirigente de la Orden Rosacruz AMORC y el de la OTO sólo duran algunos meses. En septiembre de 1921, dándose cuenta de que los ideales y los proyectos de Theodor Reuss son incompatibles con los de la Rosa-Cruz, H. Spencer Lewis rompe definitivamente toda relación con este interlocutor y su grupo.
8. Una recepción en el Gran Oriente en París

Durante el año 1926, H. Spencer Lewis entra en relación con varias personalidades del mundo del esoterismo europeo. El primero de ellos es François Jollivet-Castelot, antiguo compañero de Papus y presidente de la Sociedad Alquímica de Francia. Este personaje, que publica desde 1920 una revista dedicada a la alquimia, titulada "La Rose+Croix", se convierte entonces en miembro honorífico de la AMORC. Por medio de un músico francés instalado en los Estados Unidos, Maurice Jacquet (1886-1954), H. Spencer Lewis entra también en contacto con las más altas autoridades de la Masonería francesa, en particular con Camille Savoire (1861-1951), Gran Comendador del Gran Colegio de los ritos del Gran Oriente.

Camille Savoire invita a H. Spencer Lewis a participar en una ceremonia excepcional que reúne el 20 de septiembre de 1926 a los Franc-Masones titulares del 18º grado, el de Rosa-Cruz. Como precisa el boletín del Gran Oriente, durante la reunión, “el Muy Ilustre Hermano Spencer Lewis, grado 33, Imperator de los R.C de los Estados Unidos en Tampa (Florida), es presentado en el gran capítulo con los honores debidos a su rango. Recibido solemnemente por el Gran Comendador que, en elevados términos, le da la bienvenida, le agradece su visita y le ruega se siente en el Oriente, donde, con su presencia, honrará esta importante tenida que reúne a los representantes de todos los capítulos de la Federación”. Debemos precisar que probablemente con carácter honorífico es calificado en ese momento de grado 33, ya que no posee este grado masónico.
9. La técnica al servicio del ideal
De regreso en los Estados Unidos, H. Spencer Lewis, un espíritu que no deja de estar en ebullición, emprende nuevas actividades. En efecto tiene el proyecto de crear una estación de radio que emita programas específicos. No quiere hacer una radio de propaganda para la Orden Rosacruz AMORC, sino un instrumento consagrado al arte, a la cultura y a la espiritualidad en general. Ya en 1903, él mismo había construido un aparato de radio, y en noviembre de 1912, había obtenido una licencia de operador. Estaba pues en posesión de todos los elementos que permitían poner esta experiencia al servicio de su ideal. La radio no tarda en emitir, y en abril de 1927, El Triángulo, la revista oficial de la Orden Rosacruz AMORC, hace alusión a las actividades radiofónicas de la Orden.

10. Nicolas Roerich
Desde noviembre de 1927, la Orden Rosacruz AMORC dejó Florida para instalarse en San José, California. Es el principio de las actividades del Parque Rosacruz, cuya arquitectura se inspira en el estilo del antiguo Egipto. Desde 1930, H. Spencer Lewis se dedica a construir un Museo Egipcio. Reconocido por el Consejo Internacional de Museos (ICOM) y por el Museo Nacional Egipcio de El Cairo, éste recibe aún hoy a un público muy numeroso y sigue siendo el museo egipcio más grande de la costa occidental de los Estados Unidos.
A principios de los años treinta, la Orden Rosacruz se convirtió en un movimiento muy importante. Se juzga pues necesario establecer un Consejo Supremo Internacional, denominado Supreme World Council, compuesto por los dirigentes de la Orden en distintas partes del mundo (Francia, Dinamarca, Holanda, Canadá, Puerto Rico, Bolivia, Australia, Suecia, Inglaterra, China, Polonia…). Entre sus miembros, podemos observar la presencia del pintor ruso Nicolas Roerich (1874-1947). Este último era en efecto Rosacruz desde 1929, época en la que fue propuesto como candidato al Premio Nobel de la paz. El mismo H. Spencer Lewis informó de que se entrevistó con este artista en la inauguración del Roerich Museum de Nueva York, en octubre de 1929. Los dos hombres establecieron relaciones amistosas, y así es como Nicolas Roerich, nombrado Legado de la AMORC, tendrá que cumplir algunas misiones para la Orden. En 1934, durante un viaje a China y Mongolia para encontrar plantas susceptibles de combatir la desertización de la planicie americana, el pintor ruso se detiene en Kharbin para encontrarse con Rosacruces. La prensa local informó de las actividades rosacruces en las que participó durante esta estancia en China.
11. Escritor, conferenciante y artista

En el transcurso del año 1929, H. Spencer Lewis publica varios libros, entre ellos "Rosicrucian Cuestions and Answers" (Preguntas y Respuestas Rosacruces), The Mystical Life of Jesús (La Vida mística de Jesús), un ensayo sobre la vida mística del Cristo, tema sobre el cual volverá de nuevo en una publicación posterior. Siempre preocupado por adaptar las enseñanzas tradicionales a la vida moderna, escribe también Self Mastery and Fate with the Cycles of Life (El Dominio del destino con los ciclos de la vida), una obra original que propone un método al alcance de todos, permitiendo regular la vida utilizando los ciclos planetarios y biológicos que marcan nuestra existencia.
Hombre de gran corazón, supo guardar una simplicidad ejemplar a pesar de sus importantes responsabilidades. Músico a ratos, tocaba con talento el violonchelo y el piano. Al mismo tiempo era un excelente pintor que realizó cuadros cuyos temas están vinculados íntimamente a sus centros de interés. Así, uno de los más antiguos que nos han llegado, Arabian Nights (1917), evoca Oriente. Egipto es para él una fuente de inspiración inagotable, y le dedica varios cuadros como The Love Idol o también Entrance to Karnak Temple, Luxor, que pinta in situ en 1929 durante un viaje. El esoterismo no está ausente en sus lienzos, como da prueba The Alchemist, terminado unos meses antes de su muerte.
12. Humanismo y fraternidad
H. Spencer Lewis concedía a la fraternidad una importancia particular y tenía una aguda conciencia de la igualdad entre todos los hombres y las mujeres, cualesquiera que sean sus orígenes. En sucesivas ocasiones, se expresó sobre este punto en sus escritos. Desde 1929, en el Dominio de la Vida, un folleto informativo sobre la Orden Rosacruz AMORC, destaca “que no existe superioridad racial”. En las Moradas del Alma (1930), precisa que “la común filiación de todos los seres humanos demuestra el hecho de que todos son hermanos y hermanas, dependiendo de un único Creador y de la misma esencia, la misma vitalidad y la misma conciencia, independientemente de toda cuestión de raza, creencia, color u otros elementos distintivos de la individualidad”. En un artículo dedicado a la cuestión de las razas en el Rosicrucian Forum, publicación reservada a los miembros de la Orden, afirmaba que como Rosacruces, “no podemos concebir que en nuestra organización se haga cualquier distinción en lo que se refiere a la raza o al color de la piel.” (Rosicrucian Forum, “The race cuestión”, junio de 1931, p. 187.)
13. Una Federación Internacional


En 1936, publica The Symbolic Prophecy of the Great Pyramid (La Profecía simbólica de la gran pirámide), un libro que evoca los misteriosos conocimientos de los Egipcios. Durante el año siguiente, publica aún dos obras más. En la primera, The Secret Doctrieas of Jesus (Las Doctrinas secretas de Jesús, 1937), prosigue una reflexión iniciada en una obra anterior. En la segunda, Mental Poisoning (Envenenamiento mental), denuncia los problemas de las sugestiones negativas y las creencias supersticiosas.
14. La partida hacia la Luz

Si Harvey Spencer Lewis dio a la Orden Rosacruz AMORC un carácter particular, es necesario destacar sin embargo que la Orden ha evolucionado mucho con posterioridad. En realidad, este movimiento iniciático y filosófico mundial nunca ha dejado de mejorar gracias a las investigaciones y a los trabajos de sus dirigentes y de sus miembros. De acuerdo con la voluntad de su renovador, las propias enseñanzas fueron enriquecidas y son actualizadas, con el fin de adaptarlas siempre a la evolución de la conciencia, la ciencia y la sociedad. Cerca de un siglo después de su resurgimiento, la Orden Rosacruz AMORC sigue reuniendo a hombres y mujeres sin distinción de raza, de clase social ni de religión, con un espíritu de humanismo, fraternidad y espiritualidad, constituye hoy en día uno de los movimientos esotéricos más dinámicos e innovadores del mundo.
MARAVILHOSO OS CONHECIMENTOS CONTIDOS NOS TEXTOS,
ResponderBorrar